La IA llegó antes de que muchos de nosotros supiéramos siquiera qué significan estas iniciales. Todos los días vemos estadísticas aterradoras sobre el número de puestos de trabajo que van a ser eliminados por esta nueva tecnología.  

La última vez que estuve en Las Vegas, Nevada, un robot en un bar mezcló mi Mai Tai, y no estaba ni medio mal.  Me imagino el día en que un robot entre en la consulta del médico exclamando: "Hola, soy Lex, su enfermera virtual. ¿Qué te preocupa hoy?  Ahora voy a tomarle la temperatura y la tensión".  Lo siento por la enfermera que perdió su trabajo a manos de Lex, 

¿Y un abogado virtual? De ninguna manera, al menos no en mi área de práctica, el derecho penal federal, especialmente en casos de arrestos fronterizos y narcóticos. Cada caso es diferente y cada persona es diferente. El abogado tiene que establecer una relación con el cliente y ser capaz de analizar el caso con matices que una máquina no es capaz de hacer.  ¿Tuvo miedo o fue coaccionado el cliente cuando llevaba drogas?  ¿Era la primera vez que hacía de correo de drogas, llevando metanfetamina, fentanilo o heroína a través de la frontera?  ¿Es el cliente una "mula ciega", que no sabía nada de la presencia de las drogas?     

¿Y qué hay de las importantíes negociaciones con la Fiscal de los Estados Unidos?  Aunque una máquina sea capaz de sintetizar hechos e información, la IA no convencerá a un fiscal duro para que reduzca o retire los cargos.
 
La única parte del derecho penal federal que podría prestarse a la IA es el cálculo por parte del juez de la escala de penas.  El derecho penal federal, concretamente el artículo 3553, establece que la condena debe ser "suficiente pero no superior a la necesaria" para cumplir los objetivos penales.  Bueno, tal vez algún programador inteligente encuentre la manera de introducir en una máquina todos los datos necesarios para calcular una sentencia justa, y de la nada salga la sentencia recomendada. Pero, de nuevo, la IA no es capaz de medir el remordimiento genuino, el impacto de un delito en las víctimas y el daño causado a la sociedad. Así que creo que la mayoría de los jueces que presiden casos penales tampoco se quedarán sin trabajo. 

 Puede que la IA tenga futuro en la investigación jurídica e incluso en la redacción de algunos alegatos, pero el elemento humano del derecho penal es demasiado complejo para reducirlo a algoritmos y fórmulas.

Lo interesante sería que las máquinas empezaran a infringir la ley, y eso es muy posible.  Pero detrás de ese atraco a un banco por parte de ese robot, siempre habrá un humano responsable de la programación y la ejecución del delito.  

Quizá el tiempo demuestre que me equivoco.   Pero no siento que mi seguridad laboral se esté esfumando... al menos de momento.

(Este blog se ha escrito al 100% sin utilizar IA.  Sólo se ha utilizado un procesador de textos y mi cerebro humano (¡cuidado con las erratas!).